Aneurismas de Aorta
La arteriosclerosis y otros factores pueden a veces debilitar la pared de las arterias y provocar una dilatación del vaso afectado provocando los llamados aneurismas. La localización más frecuente suele ser la aorta abdominal, la cual se va dilatando y puede llegar a romperse provocando hemorragias abdominales que pueden llegar a ser mortales, o trombosarse y provocar isquemias. Esta patología, también está descrita en otras arterias del organismo como arterias poplíteas o arterias viscerales.
Cuando estos aneurismas o dilataciones superan un diámetro es necesario intervenirlas para evitar su rotura y la muerte del paciente.
Existen dos opciones para reparar esta patología. Tradicionalmente se abre la pared abdominal, se controla el aneurisma, y se repara mediante un bypass o injerto de dacron que sustituye la pared enferma. La segunda opción menos agresiva, consiste en colocar una endoprótesis a través de las arterias femorales en el interior de la luz del vaso dilatado, de esta forma la presión de la sangre no continua dilatando el aneurisma y previene de esta formas su rotura. La endoprotesis entra por la arteria femoral hasta normoposicionarla y una vez allí, se despliega y abre colocándola en el lugar adecuado. Para ello siempre es necesario un quirófano especial con arco radiológico específico.
La morbimortalidad de esta patología está por debajo de un 5% cuando se interviene de forma programada, pero asciende a más del 50% si el aneurisma se rompe y hay que intervenir de urgencias.
Arteria aorta
Las arterias transportan la sangre oxigenada desde el corazón hacia la periferia. La arteria aorta es la de mayor tamaño, nace en el corazón, pasa por el pecho y llega hasta el abdomen, a la altura del ombligo, donde se divide en las arteria iliacas. La aorta abdominal distribuye la sangre hacia los intestinos, riñones y extremidades inferiores.
Causas y factores de riesgo
La degeneración aneurismática de la aorta se debe a una debilidad de la pared arterial secundaria a una alteración del metabolismo de las metaloproteinasas, lo cual conlleva una pérdida del colágeno que confiere la fuerza necesaria a la arteria. En ocasiones tambien pueden ser secundarios a una infección o traumatismo. Aunque eciste una cierta predisposición genética, los factores de riesgo conocidos que contribuyen a esta alteración estructural son:
• Edad (personas mayores de 60 años).
• Sexo masculino.
• Hipertensión arterial.
• Tabaquismo.
• Enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
• Antecedentes familiares. Herencia genética.
¿Cuales son los sÍntomas ?
Los aneurismas son silentes, es decir no dan síntomas hasta que acontecen las complicaciones (la ruptura y la formación de trombos potencialmente embolígenos). Se suelen descubrir en una revisión o chequeo médico, de aquí la importancia de hacer una buena prevención practicando revisiones vasculares periódicas a aquellas personas con los factores de riesgo descritos anteriormente. Si el AAA no se trata, su evolución natural es hacia el crecimiento progresivo y finalmente la ruptura provocando una grave hemorragia interna. La mortalidad del aneurisma de aorta complicado con ruptura sigue siendo muy elevada (30-60%), lo que implica la necesidad de un diagnostico precoz y seguimiento, así como su reparación quirúrgica antes de que se presente dicha complicación
En los últimos tiempos, se observa un aumento de la incidencia de esta patología, debido a que se diagnostican con una mayor frecuencia y precozmente, gracias al uso de las nuevas tecnologías diagnósticas como el ECO, el TAC y la RNM.
¿ Tiene tratamiento curativo el aneurisma de aorta ?
El AAA puede tratarse de forma segura y con baja mortalidad si se lleva a cabo un diagnóstico temprano y un tratamiento electivo.
La indicación de reparación de un aneurisma de aorta (endovascular o convencional) viene determinado basicamente por el tamaño. A partir de 5-5.5 cm de diámetro o en aquellos de crecimiento rápido, sabemos que el riesgo de ruptura espontanea es elevado y superior al riesgo de tratarlo, por tanto debe ser reparado. La importante mejora tanto de las técnicas quirúrgicas como anestésicas en las dos últimas décadas han influido enormemente en una evidente mejora en los resultados del tratamiento no urgente bien sea endovascular o convencional. En la actualidad disponemos de dos técnicas de reparación:
• La Cirugía Endovascular mínimamente invasiva. Consiste en la introducción atraves de la arteria femoral de una endoprótesis (Stent recubierto) plegada, la cual se libera y expande en el interior de la aorta patológica despresurizando el saco aneurismático. No es preciso abrir el abdomen. Constituye una técnica ideal para aquellos pacientes de edad avanzada o con patología asociada en los cuales el riesgo de la cirugía convencional puede ser más elevado.
• La Cirugía Convencional. Consiste en la resección del segmento afecto y sustitución por una prótesis tubular (Dacron o PTFE) del mismo tamaño que la aorta sana. Se trata de una técnica ampliamente contrastada y con excelentes resultados a largo plazo.
La elección de una u otra técnica debe ser individualizada, en base a dos aspectos esenciales: criterios clínicos (edad y patología asociada) y anatómicos (morfometría del aneurisma).
Conclusión
La reparación electiva (convencional o endovascular) del aneurisma de aorta abdominal ofrece unos excelentes resultados en términos de morbi-mortalidad en comparación con la cirugía urgente. Por ello, es fundamental el diagnóstico y tratamiento precoz de esta patología. Los chequeos vasculares, al igual que sucede en otras enfermedades juegan un papel fundamental.